La Boca... Callejón... Vuelta de Rocha...
Bodegón... Genaro y su acordeón...
Canzoneta, gris de ausencia,
cruel malón de penas viejas
escondidas en las sombras del figón.
Dolor de vida... ¡Oh mamma mia!...
Tengo blanca la cabeza,
y yo siempre en esta mesa
aferrado a la tristeza del alcohol.
Cuando escucho "Oh sole mio"
"Senza mamma e senza amore",
siento un frío acá en el cuore,
que me llena de ansiedad...
Será el alma de mi mamma,
que dejé cuando era niño.
¡Llora, llora, Oh sole mio;
yo también quiero llorar!
La Boca... Callejón... Vuelta de Rocha...
Ya se van Genaro y su acordeón...
¡De mi ropa, qué me importa
si me mancho con las copas
que derramo en mi frenético temblor!
Soñé a Tarento en mil regresos,
pero sigo aquí, en la Boca,
donde lloro mis congojas
con el alma triste, rota, sin perdón.
Letra: Enrique Lary
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